un lugar precioso en Tibães

Hej hej!

Mis padres son expertos en llevarnos a lugares preciosos, y este verano se han lucido.

Hemos pasado una semana de vacaciones en Braga, Portugal. Ha sido una ciudad preciosa a la que me ha encantado ir. La cosa es que uno de los últimos días que estuvimos ahí, vistamos un monasterio enorme en Tibães que me dejó sin palabras. Es, sin duda, uno de los lugares más bonitos en los que he estado nunca, ¡y no había prácticamente nadie!, por lo que estuvimos visitando el monasterio completamente solos, lo que hizo que se viese incluso más asombroso.

Es realmente impresionante desde el primer momento que lo ves. Te sientes minúsculo a su lado, pues es gigante tanto de altura como de extensión. Este monasterio fue fundado en el siglo IV y ocupado a partir del siglo XI por la congregación benedictina. Esta primera foto es la vista desde fuera: a la izquierda está la iglesia del convento y el edificio más bajo es por donde se entra (hay una puerta abierta si os fijáis).

Una vez dentro de este, es realmente fácil perderte por lo grande que es. Las galerías, las estancias, los pasillos, todo es enorme. Además, hay varios claustros y patios con fuentes, más árboles y más vegetación. En todo momento se escuchaban los pájaros y el viento soplar, moviendo las ramas de los cultivos (había muchísimas vides) y árboles que se encontraban rodeando tanto el monumento como la zona.

Dentro se podían visitar la iglesia y varias habitaciones, que eran las celdas en las que dormían los monjes. También las cocinas y los baños, al igual que una gran sala con bancos donde estos se reunían.

La torre que sale alza al fondo de la foto es la de la iglesia que se ve en la foto de arriba. Sí que es verdad que no tengo muchas fotos del interior del monasterio, ¡pero de los jardines y bosque que hay alrededor sí!

Se sale a la parte trasera por una puerta que da a una terraza donde hay una fuente con agua fresquita que puedes beber (realmente no ponía que fuese potable, pero nosotros lo hicimos y no nos sentó mal :) ) y al lado están todos los campos de maíz (eran más altos que yo, aunque eso es fácil, la verdad).

Hay un mapa con dos rutas que te sugieren ellos hacer por el exterior, una un poco más larga que la otra, pero nosotros empezamos yendo por libre. Para empezar a pasear por los jardines, primero atravesamos un pequeño túnel formado todo por vides llenas de grandes manojos de uvas, y de este se salía a un pasillo formado por plantas hasta arriba de hortensias del tamaño de mi mano. Nos encontramos con un pequeño estanque (¡había varios nenúfares! :o) justo delante de un huerto y más paredes de hortensias. Vimos una fuente pequeña con dos largos tramos de escaleras a los lados y decidimos subirlas (no sé si la peor o la mejor decisión que pudimos tomar), a lo lejos empezó a asomarse una pequeña capilla en medio del bosque a la que fuimos a entrar, pero estaba cerrada :(

Empezamos, entonces, a caminar intentando guiarnos de mala manera por las señales que había de las rutas sugeridas, pero al menos lo conseguimos cuando nos metimos en el bosque profundo. Llegó un momento en el que estábamos tan dentro de este, que los propios árboles tapaban el sol y estaba tan oscuro que parecía que estaba nublado y atardeciendo.

Finalmente volvimos al monasterio y estuvimos paseando un poco más por él, viendo las cocinas y caminando por el pasillo que daba a las habitaciones del hotel (al parecer también es un hotel). Pudimos echar perfectamente toda la tarde visitándolo de lo grande que era.

Así narrado deja mucho que desear mi descripción del monasterio, la verdad, pero en serio que era maravilloso y un lugar al que, si tenéis la oportunidad, os recomiendo mucho ir. Además, no es especialmente turístico, por lo que seguramente no haya mucha gente. ¡Una joya oculta! :)

En fin, ya me callo un rato y os dejo abajo más fotitos del sitio :)

Stay hydrated, stay safe y nos vemos! <3